lunes, 13 de abril de 2009

Y sin embargo...


Como rosa moribunda
sin pétalos que la vistan
desnuda,
afeando la hermosura
del coro de flores
que a su lado se hacinan.
Y, pensando…
¿Acaso no era la más bella
y de tanto olerla, mimarla
quedó ajada y muerta
y sin embargo..
se colmó de las más bellas caricias?.
Hay que recordar…
que lo feo, o lo hermoso
a simple vista…
¡imposible verlo!
ahondar en el fondo
entonces….,
sabrás porque lo expongo.

paky

¿Cómo explicar?


Quien te explica
que estás en mi vida;
bulles por mis venas
llegas a mi corazón y lo envenenas.
Veneno dulce que me ata,
agrio que me mata.
Y resides en mi cabeza
haciéndote dueño de mis penas.
Se bien que te necesito;
como la raíz a la tierra
como el árbol a la raíz
y el agua y el sol
para que nazca la vida
y la vida salga en su ayuda
que es su propia vida.
Y, ésta pobre vida;
necesita de tú amor,
tú mirada, tú sonrisa,
de esos besos saboreados en silencio
sin principios, sólo sueños.
Pero que sueños tan de cerca
que los cojo con mi mano
y los beso, con ese beso certero
en que tus labios se posan en mi boca.
Y luego…
me siento vacía, seca
y mil espadas clavan en mi pecho.
Me salva mi cordura
y , aunque viva de esos sueños;
pienso que son verdaderos;
que mis sueños son los tuyos
y aunque imagino tus quimeras,
mientras tú silencias;
yo gritaría
y los gritos se sofocan;
en llantos secretos.

Reloj de Arena



En el trecho que la arena baja al inferior bulbo,
se me fuga el tiempo, se me escapa en suspiros
tantas cosas que haría...,
¡y me falta tiempo!
Eso siento.

(())

En el reloj,
en esos de arena,
resta los minutos establecidos
y no han de volver sino le damos un giro.
Un comienzo al ciclo que sentimos perdido.

paky


En el trecho que la arena baja al inferior bulbo;
siento que se fuga el terrible tiempo
y se me escapan los suspiros
del amor herido.

(())

¡Qué decirte!
tanto me hieres…
En el reloj de arena restas
los minutos ya están establecidos,
los que no volverán; sino le damos un nuevo giro.

paky

Atracción



Cuantos años me atraes polo imantado.
Persuasivo en el galanteo
no estando el otro extremo seducido,
o solo es un disloque de ahora te quiero
y mañana ya veremos.
Me hipnotizas atada a tus garras.
Me engaño con tus liras.
Me pierdo en mi apremiante ceguera.
Entorpezco mi verdad en mentiras
Me sujeto a tu atracción fatal y me inhibo
poniendo un velo a mi corazón sangrante
con heridas llagadas en ese balanceo
y me abrazo a ti con fuerza
con el dolor que causa ese anzuelo.